Cambio de sitio
Recientemente, mi usuario tuvo un capricho. Decidió que, como él se cambiaba de sitio, ahora está mucho más cerca de su jefe, los que trabajamos para él, también. Así que un día llegaron unos operarios, lo cargaron todo en una carretilla y se lo llevaron al edificio de al lado y, siguiendo un plano de la nueva sala, lo colocaron todo. Fueron muy profesionales.
Pero resultó que los nuevos sitios todavía estaban ocupados porque nadie les dijo nada, así que, durante media hora, hubo dos personas y dos ordenadores por mesa, hasta que los ubicaron ¡en las mesas vacías que había en la sala!
Con las nuevas ubicaciones los equipos están mezclados, tengo un programador a cuatro mesas de mí, así que, cuando se den cuenta, nos volverán a mover para juntarnos por equipo, eso será, más o menos, cuando le haya dado el número de teléfono a todo el mundo, no antes de un par de semanas.
Por cierto, comparto número con un tipo que está sentado dos mesas delante y una a la derecha de la mía. ¿No hubiera sido más fácil que lo compartiera con la pesona que se sienta a mi lado?
Como solo nos hemos cambiado los que trabajamos para este usuario, el resto de la gente del proyecto se ha quedado en el edificio antiguo, así que cada día hay que volver para hacer las consultas que no se pueden hacer por teléfono.
Y lo mejor de todo, el mes que viene todo el proyecto se cambia de sitio, nos vamos a otra ciudad. Todo el mundo lo sabía desde hace seis meses:
- Qué en tres semanas nos vamos.
- Es igual, os venís conmigo ahora y punto.
Conclusión: A este tío no le ha importado marear a todo el mundo con sus tonterías con tal de mostrar lo "poderoso" que es.
Cualquier día de estos se pone a mear las esquinas de la sala para marcar su territorio.
1 comentario:
Lo de la meada en la esquina me ha encantado, me lo apunto.
Por cierto, tú y yo trabajamos en la misma empresa o aquí suceden fenómenos paranormales.
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