lunes, 19 de marzo de 2007

Una utopía

Recientemente, leyendo el foro interno de la empresa para la que trabajo, un currante de la misma se preguntaba por la fórmula perfecta para la empresa y el empleado, a lo que otro trabajador le contestaba:

"Que una empresa con empleados contentos genera clientes contentos y, por tanto, más beneficios, no es sólo una impresión que podamos tener muchos. Un amigo mío trabajo en una empresa que asesora a grandes compañías para mejorar su negocio. Una de las ideas clave es fidelizar clientes y la otra es tener contentos a sus empleados (incluso cuando no están cara al público). Llevan años de estudio y lo tienen completamente demostrado. Claro que la empresa es holandesa, aunque con sede en España. Estas ideas están completamente afianzadas en el centro y el norte de Europa. Aquí tendremos que esperar unos años para que los empresarios se lo crean."

Esta entrada estaba junto a otra que se titulaba "Y del plan de formación se sabe algo?" y de otra que rezaba "ROBO de mochila en el Comedor".

No creo que esta idea tan bonita (procurar que el empleado esté contento) se lleve a cabo en nuestro país. Si ahora que los responsables empiezan a quejarse amargamente de lo difícil que es encontrar gente para currar en esto de la informática y se sabe cual podría ser la solución (sueldo adecuados, horarios razonables, ...) y no se hace nada, nada harán dentro de unos años, cuando la cosa este peor.

martes, 13 de marzo de 2007

¡Qué envidía!

Como me encantaría ser capaz de hacer lo que hacen en este video que me he encontrado en Comunícate.



Yo intento ser educado, le digo que no me interesa antes de que me suelten el rollo, así no lo sueltan en vano ¡y encima se indigna! Uno me respondió una vez:
- ¿Qué es lo que no le interesa?
estuve a punto de contestarle:
- ¡Tú, no me interesas tú!
Y colgar. Pero no le dije:
- Estoy contento con mi compañía y no quiero cambiar.
¡Que falso!

miércoles, 7 de marzo de 2007

El tipo de la pecera

Recientemente he podido escuchar una conversación del tipo de la “pecera”, no porque me dedique a espiarle sino porque tiene la costumbre de hablar por teléfono con el manos libres y a gritos, y como su habitáculo no tiene puertas y las paredes son de metro y medio de alto, compartimos el mismo aire, así que es bastante difícil no enterarse de las cosas que dice. La conversación fue más o menos así:

- ¿Cómo que no está solucionada la incidencia?
- ¡Qué la persona que sabe del tema no está! ¿Y dónde está?
- ¡De vacaciones! ¡De vacaciones! ¡Cómo que de vacaciones! ¡No puedes decirme eso! ¡Dime que está enfermo, que se le ha muerto su abuela, pero no me digas que está de vacaciones! ¡No puede ser que esté de vacaciones! ¡No te pago para que esté de vacaciones!
- Me importa un huevo que lleve tres meses haciendo más de doce horas diarias. Si no lo aguanta es que no sirve para esto y si necesitas más gente, la contratas.
- ¡Qué no encuentras gente! Me da igual, quiero gente a mi disposición las 24 horas y si tu no me lo das me busco otro.

Una bellísima persona humana, ¿verdad?