martes, 25 de octubre de 2005

Curso de formación

El ambiente en el cliente en el que estoy cada día está más enrarecido.

El último enfado del personal lo ha originado un curso que da nuestra empresa. Se trata de un curso de introducción a Java, que a todos nos interesa porque somos de Host y así ampliamos nuestros conocimientos en otros entornos.

El problema no es el curso en sí (a pesar de ser muy básico), sino el horario. Una hora del curso cae en horario laboral que, según tengo entendido, es obligatorio por tratarse de un curso subvencionado.

Pero a nuestra empresa lo de no poder facturar esa hora no le gusta y nos obliga a recuperarla. Esto no sería ningún problema sino fuera porque el cliente es muy estricto (un tocapelotas) con el horario, se entra a una hora y se sale a otro, cualquier minuto fuera de esas horas se tiene que justificar.

Cuando se le planteó este problema a nuestra empresa, su contestación fue: “El curso es para vosotros, si queréis lo hacéis, sino, luego no os quejéis de que no hacéis cursos”. ¿Insinúan que no se aprovecharán de los conocimientos adquiridos durante este curso? No lo creo, seguro que el día que lo acabemos aparecerá en nuestros currículos, que envían a los clientes, que somos expertos en Java.

En fin, al final el cliente ha permitido “estirar” el horario una hora. Nuestra empresa, que puede permitirse dejar de facturar ocho horas mensuales por persona, prefiere tenernos cabreados. Los empleados haremos nuestras ocho horas (facturadas) y tres horas más de curso (de nuestro tiempo) y el cliente queda como el bueno al hacernos el favor de dejándonos trabajar más.

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