jueves, 23 de noviembre de 2006

Si quieres una bicicleta, ¿para que compras un triciclo?

En el proyecto en el que estoy, hemos procedido a implantar una aplicación, comprada a otro banco, para sustituir la que hasta el momento utilizaban. Según el banco, necesitaban una renovación tecnológica, por eso han cambiado todas las aplicación a un lenguaje más moderno que el que tenían, Cobol.

Hasta aquí todo correcto. Nada que objetar.

En estos momentos, la nueva aplicación, ya está funcionando, pero resulta que no paran de abrir incidencias porque a los que les toca trabajar con la nueva aplicación no les gusta. Piden cosas que la aplicación no hace.

Recientemente se han quejado de un listado que no les gustaba, cuando les hemos preguntado que era lo que querían, la contestación ha sido que quieren lo mismo que hacía la aplicación antigua, de hecho quieren todo como lo tenían antes.

No entiendo como es posible que una persona/empresa que, queriendo una cosa, se compre otra, que se le parece pero que no es igual, y encima se sorprende y se enfada porque lo que compra no hace lo que quiere.

¿No hubiera sido más fácil adaptar su aplicación "obsoleta" a la nueva plataforma tecnológica?

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mi lo que cuentas no me extraña en absoluto, es cierto que es surrealista, pero ¡ya lo he visto tantas veces!.

Es bastante normal que se desee "invertir" en nuevas tecnologías y nuevas aplicaciones pero siempre y cuando esto no suponga cambiar ni un ápice en la forma en que tienen de hacer las cosas.

Cuando precisamente es eso lo único que suele ser importante cambiar.