¡Que pesado!
Querido gestor,
hoy has vuelto a hablar conmigo. Viniste a verme a las siete de la tarde, cuando ya debería estar metido en un tren rumbo a mi casa, pero no, me pillaste en mi puesto de trabajo.
Me has vuelto a pedir lo mismo que me pedistes ayer, antes de ayer y el anterior, y el anterior, … ¿qué pesado eres, no?
Lo primero es decirte que tienes una costumbre muy fea, eso de que vengas a hablar conmigo sobre trabajo fuera del horario laboral no me gusta nada.
Y ya vale de que me pidas siempre lo mismo: No me voy a comprometer a trabajar 12 horas diarias, ni tampoco a trabajar los sábados, y mucho menos gratis. Que si en tu anterior empresa se hacía no es mi problema, ya no estás en Accenture, a ver si te das cuenta, ¿no ves que solo tú llevas corbata?
Bueno, estimado, ¿hasta mañana a la misma hora, misma conversación no?
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