viernes, 23 de diciembre de 2005

El cambio

Bueno, pues ya ha pasado mi primera semana en el nuevo curro. ¡Menudo cambio!

Yo antes estaba en la playa y era el encargado de cuidar un castillo de arena pequeño, muy pequeño. Mi castillo apenas estaba amenazado por el mar, solo unas pocas olas, las más atrevidas, conseguían llegar a sus muros exteriores. Mi trabajo consistía en arreglar esos pequeños desperfectos y, a veces, me dejaban colocar alguna concha aquí, un palito allá. Poca cosa. Vivía tranquilo.

Ahora estoy con el agua a la altura del cuello y tengo que saltar para que las olas no me cubran. El castillo no existe, de momento. Según los planos será un castillo grande. De momento lucho por no ahogarme, que no es poco.

Sin duda ha sido un gran cambio.

domingo, 18 de diciembre de 2005

Frase

"Cada minuto que estás enfadado pierdes sesenta segundos de felicidad"

La he cogido de Strategy and Marketing, que a su vez lo leyó en La hormiga remolona, y ésta lo vió en women'secret.

jueves, 15 de diciembre de 2005

Prioridades

Hoy me ha vuelto a llegar este texto por correo:

Un experto estaba dando una conferencia a un grupo de profesionales. Para dejar en claro un punto, utilizó un ejemplo que los profesionales jamás olvidaron.

Parado frente al auditorio de gente muy exitosa dijo:
Quisiera hacerles un pequeño examen.
De abajo de la mesa sacó un jarro de vidrio, de boca ancha y lo puso sobre la mesa frente a él. Luego sacó una docena de rocas del tamaño de un puño y empezó a colocarlas una por una en el jarro. Cuando el jarro estaba lleno hasta el tope y no podía colocar más piedras preguntó al auditorio:
¿Está lleno este jarro?
Todos los asistentes dijeron:
SI.
Entonces dijo:
¿Están seguros?
Sacó de abajo de la mesa un balde de piedras pequeñas. Echó un poco de piedras en el jarro y lo movió haciendo que las piedras pequeñas se acomoden en el espacio vacío entre las grandes. Cuando hubo hecho esto preguntó una vez más:
¿Está lleno este jarro?
Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta
Probablemente no.
Muy bien.
Sacó de debajo de la mesa un balde lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas. Una vez más preguntó al grupo:
¿Está lleno el jarro?
Esta vez varias personas respondieron a coro:
¡NO!
¡Muy Bien!
Luego sacó una jarra llena de agua y echó agua al jarro hasta llenarlo. Cuando terminó, miro al auditorio y preguntó:
¿Cuál creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración?
Uno de los espectadores levantó la mano y dijo:
La enseñanza es que no importa qué tan lleno está tu horario, si de verdad lo intentas, siempre podrás incluir más cosas.
No, esa no es la enseñanza.

La verdad que esta demostración nos enseña es que si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en ningún otro momento. ¿Cuáles son las piedras grandes en tu vida? tu familia, tu fe, tu educación, tus finanzas, alguna causa que desees apoyar, enseñar lo que sabes a otros, ... Recuerda poner esas piedras grandes primero o no encontrarás un lugar para ellas.

Tómate el tiempo para clarificar cuales son tus prioridades y revisa como usas tu tiempo para que no se te quede ninguna afuera, o lo que es peor, que tengas que sacar una piedra grande para poder meter arena".

Investigando un poco por Internet he llegado a la conclusión de que este texto pertenece a "Primero es lo primero" de Stephen Covey.

miércoles, 14 de diciembre de 2005

Libertad

¿Cúal es el precio de la libertad?

Yo valoro mi "libertad"en 350 millones de las "antiguas" pesetas (por cierto, no entiendo porque se dice "antiguas" a las pesetas)

Con libertad me refiero a ser el dueño de tu tiempo, vaya, básicamente dejar de trabajar porque, al fin y al cabo, en el contrato que se firma te pagan por estar un tiempo determinado (40 horas semanales) realizando una tarea.

Pues eso, que si yo ganara 350 millones de pesetas (2.103.542,36 euros) de golpe, creo que no tendría que vender esas 40 horas semanales de mi tiempo. Sería el dueño de mi tiempo. ¿Sería libre?

lunes, 12 de diciembre de 2005

Depresión post-festivo

Pues ya se ha acabado el macropuente de la Constitución. Otra vez vuelta al tajo. Con lo tranquilo que se trabajó la semana pasada, con el cliente de vacaciones y la mitad de los "curritos" produciendo a medio gas. Lo único que fallo es que no pusieron la calefacción, claro, como la jefa no vino pues no hacía falta.

Según 20 minutos (versión impresa) "El 35% se deprime al regresar al trabajo tras el macropuente". Yo lo hago todos los lunes cuando suena el despertador. ¿Para eso no hay estadísticas?

¡Qué ganas tengo de jubilarme y que lejos está!

Por cierto, esta es mi última semana en esta casa. No la echare de menos.

viernes, 2 de diciembre de 2005

El queso

Don Capullo es un tipo muy culto. Ha leído esa gran obra maestra de la literatura universal, "¿Quién se ha llevado mi queso?". Le costó algún tiempo, pero entendió el mensaje: maricón el último y el que venga detrás, que arríe.

(Extraído de "Fuckowski, memorias de un ingeniero")

Es otra forma de verlo.

jueves, 1 de diciembre de 2005

Más fuera que dentro

Primeros síntomas de que ya estoy más fuera que dentro.

El cliente se ha puesto en contacto con mi empresa para comunicarle que los "teleworking" también estamos invitados a su cena de Navidad, y mi gerente se ha reunido, uno por uno, con todos para comunicárselo, bueno, con todos menos conmigo.

Me parece un detalle muy feo. No tengo ningún interés en ir a la cena, pero todavía soy del equipo. Todavía estoy produciendo. Todavía están ganando dinero conmigo.

Creo que hubiera sido todo un detalle su invitación, al fin y al cabo, yo he sido del equipo durante un año, que menos que reconocérmelo.